El juego simbólico es una actividad que en la mayoría de las ocasiones no necesito ni tan siquiera planificar. Son los mismos niños los que comienzan a ejecutarlo sin que nadie intervenga. Los profesores sólo colaboran para crear el momento adecuado, para encontrar el entorno perfecto. “Nuestro papel es el de proporcionar el material, ubicarlo en distintos rincones para que no esté todo muy masificado, les dejamos a su disposición la totalidad de la clase con las pautas básicas de civismo, y te dedicas a interactuar con los niños”.
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