miércoles, 24 de octubre de 2018

Bailamos

Como tantas otras cosas en la etapa de desarrollo, el baile también es aprendizaje. Y no hay mejor forma de aprender que disfrutando de lo que hacemos. Es por eso que el baile es una práctica que debería fomentarse desde que son muy pequeños, incluso antes de que puedan ponerse de pie. Por empezar, se trata de una actividad física que favorece el ejercicio cardiovascular, además de fortalecer los músculos y mejorar la elasticidad y el sentido del equilibrio. Contribuye además a adquirir sentido del ritmo y oído musical, y desde el punto de vista social, les ayuda a desinhibirse, a hacer nuevos amigos y a una mayor sociabilización. No hay que olvidarse algo muy importante: que bailar contribuye a mejorar la autoestima, a liberar tensiones y a fortalecer la confianza en sí mismo.


















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