Sin embargo, lo que vale para la mayoría no es necesariamente una norma. De hecho, algunos niños empiezan a cambiar los dientes a los 4 años y otros no lo hacen hasta los 7. Pero es la pérdida precoz de dientes a la que hay que prestar atención y consultar con el odontopediatra, ya que podría ocurrir que la caída se haya producido sin que el diente definitivo esté listo para salir. En este caso, podría ser recomendable la colocación de una prótesis de plástico en el espacio dejado por el diente de leche, a la espera de que el definitivo empiece a salir, lo que evitaría posibles problemas de maloclusiones.
Hay que tener en cuenta que la caída de los dientes de leche se produce a consecuencia del empuje ejercido desde abajo por el diente definitivo. Por eso empiezan a moverse y también la razón por la que hay que esperar a que se caigan en vez de intentar arrancarlo antes de tiempo. El proceso requiere su tiempo. No obstante, en ocasiones puede ocurrir que uno o varios dientes definitivos salgan sin que se hayan caído los de leche. Es lo que se conoce como dentadura de tiburón, dada la presencia de dos hileras de dientes. Ante este hecho debe consultarse con el odontopediatra, para que éste pueda realizar un seguimientos del proceso y tomar las decisiones necesarias.
Los nuevos dientes
Los nuevos dientes, los definitivos que sustituirán a los dientes de leche, serán más grandes que los de leche a los que sustituyen. También es habitual que sean menos blancos y que estén más afilados; pero es lo normal.Lo verdaderamente importante es que el inicio del cambio de dentición indica también la necesidad de empezar a educar al niño en la práctica de una buena higiene dental, supervisando el cepillado al menos hasta que cumpla los 8 años.
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