Que podemos convivir con fantasmas en la clase, pero y si es de desordenar la clase cuando nos vamos a casa, y si se come la fruta que dejamos en clase, y si , y si...
Así que decidimos llamar a alguien que pudiera solucionar este tipo de inconvenientes, alguien que esté acostumbrado a lidiar con este tipo de seres extraordinarios. Mirando mi teléfono, casualmente tenia el número de Spiderman, y muy decididos, lo llamamos.
Quedamos pendientes a su visita, hasta que un día cualquiera, nos toca en la puerta nuestro héroe favorito, y como siempre, ganó la batalla al fantasma travieso que se escondía en el circo de la clase.
Para finalizar, nos ha dejado un día lleno de abrazos, nos sentimos a salvo y seguros y lleno de recomendaciones de comida sana, como la dieta que sigue él de frutas y verduras.
Vivir llenos de fantasía e ilusión te hace los días más bonitos
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