lunes, 14 de septiembre de 2020
Bienvenidos a este nuevo curso escolar 2020 - 2021.
Comienza un nuevo curso escolar. Es el momento de afrontar una nueva etapa de la vida que tarde o temprano viven todas las familias. La adaptación es un proceso que afecta a todos, a la familia en primer lugar porque son ellos los que eligen el centro al que acudirán los niños y ante cualquier contratiempo aparecen las inseguridades o la culpabilidad de dejar a los niños; a los educadores, que deben lidiar con niños y familias nuevos, llenos de expectativas y dudas y, sobre todo, a los niños, que abandonan el seno familiar para comenzar a convivir en un espacio distinto, con nuevas normas y rutinas que pueden ser muy diferentes a las que están acostumbrados en casa. Por esta razón, para vivir la adaptación escolar de forma tranquila y segura es fundamental que exista una buena comunicación y entendimiento entre la escuela y la familia.
No todos los niños comienzan la etapa escolar tranquilos y sin ansiedad. Muchos de ellos muestran su rechazo nada más llegar, otros lo hacen al cabo de los días y los menos están felices desde el primer día. Ante todo, conviene recordar las ventajas de que los niños estén escolarizados y estén al cuidado de personal cualificado. Entre sus ventajas se encuentra relacionarse con niños de su edad, dejar de ser el único centro de atención, aprender a esperar su turno, aprender juegos nuevos y observar el comportamiento de otros niños y aprender de ellos. El niño verá nuevas rutinas y normas que incorporará a su vida, lo que le hará desarrollarse y ganar confianza en el nuevo ambiente.
Así que ante los lloros, protestas o indiferencia, padres y madres deben ser fuertes y decididos. Te ofrecemos una serie de consejos para empezar el cole con confianza y hacer este proceso más llevadero:
Transmitir una imagen positiva de la escuela infantil. La confianza y la tranquilidad de las familias se transmite directamente a los hijos. Si estos ven que los padres están seguros acabarán por aceptar la situación de forma más tranquila que si ven que los dos o uno de los progenitores tiene dudas, en ese caso vivirán la experiencia con desconcierto y desconfianza, alargando más el periodo de adaptación.
Ponerse en el lugar de los niños para intentar comprenderlos y ser sensibles a sus estados de ánimo. Un espacio nuevo, personas de referencia que no conoce, niños llorando alrededor. Los primeros días de cole son difíciles y como padres debemos tener en cuenta que el niño lo puede pasar mal, pero son situaciones que irán mejorando con el paso de los días. Ser comprensivos les ayudará a pasar más fácilmente por ese momento.
El momento de la despedida. Despedirse del niño es fundamental. No conviene salir corriendo en un momento de despiste porque esto le creará desconcierto e inseguridad. Eso sí, la despedida debe ser corta y rápida.
No engañarles. Evitar decir al niño frases del tipo: me voy un momentito y ahora vuelvo. Si el niño insiste en tener una referencia temporal se le puede dar una pista como, antes de comer o al ratito de haber comido.
No introducir ningún cambio más para el niño. El inicio de la escuela supone un cambio importante para el niño, por eso hay que intentar no incrementar más la inseguridad con nuevos cambios que se puedan evitar: la retirada del chupete, un cambio de habitación…
La hora de la recogida, un buen momento para la comunicación. Sea cual sea la actitud del pequeño cuando le recojamos hay que actuar con normalidad y preguntarle cómo ha pasado el día y que ha hecho en la escuela. Aunque no responda o lo haga con mala actitud es bueno para el niño que nos mostremos cercanos a sus vivencias y a sus emociones.
El objeto de apego. En ocasiones, llevar al colegio un peluche, una sabanita o un objeto de referencia puede ayudar al niño a vivir el proceso de separación del hogar con mayor tranquilidad. Déjate guiar por el docente y acepta que el niño incorpore a su rutina aquello que le haga sentirse seguro y acompañado.
Armarse de paciencia. El periodo de adaptación varía mucho de unos niños a otros, así que no conviene dar nada por supuesto y armarse de paciencia. Si ves que se alarga más de lo debido o que la situación te resulta complicada de llevar pide opinión profesional. Cada niño es diferente y él o ella te indicarán cómo actuar.
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