En los tiempos que corren es casi imposible hacer oídos sordos a esta nueva fiesta, vamos a los supermercados, a las tiendas, a los bares, etc y están decorados e inundados de telas de arañas y caras de brujas.
Una de las premisas de la escuela es aprender desde la motivación del alumno, y si juntamos, fiesta, disfraces, fantasmas y golosinas, tenemos la mezcla perfecta para tener a los alumnos comiendo de la palma de la mano. Cierto es que sugiere que se presente desde la asignatura de inglés, pero estamos contagiados por esta fiesta, y no podemos reducirnos a una hora lectiva, además, de que mis pequeños monstruos no tenían inglés el día de Halloween, así que nos hemos animado a decorar las clases con un poco de telas de arañas, serpientes, globos y conjuros de diversión además de hacer un pinta cara. Este ha sido el resultado:
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